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“Àndate hu… malo”. “Pongan huevos cagones”. Eran algunas de las frases que se escucharon al término de los noventa minutos en Talca. La crisis está instalada en la institución rancagüina. De un paraguazo, la buena labor que estaba desarrollando el cuerpo técnico argentino, se fue al suelo. Las sucesivas derrotas en los últimos tres cotejos, hicieron perder la paciencia de los fanáticos, que ofuscados e impotentes, le enrostraron al plantel su falta de compromiso para con el equipo. Lo de ayer fue una clara expresión del notable descenso en el rendimiento colectivo. O`Higgins jamás pudo plasmar en el terreno de juego, el mensaje ofensivo del adiestrador. Se nubló en la fuerza y tesón de los “Rojinegros”, que fueron mucho más efectivos que los forasteros. “Nos seguimos creando ocasiones pero no las concretamos. Ahora nos hicieron los goles en las escasas oportunidades que tuvieron”, dijo Sampaoli tras el encuentro. Un análisis que ya pasa a ser repetitivo y exasperante, pues si bien es cierto, la oncena “Celeste” genera peligro, el rival cuando ataca convierte y ese el más grave problema. Menos mal que llegó poco Rangers, ya que, si lo hacía en más ocasiones, era obvio que marcaba. Dura tarea para el entrenador, que deberá revisar exhaustivamente los bloques y el esquema de juego. Lamentablemente Sampaoli no tiene a los actores especializados para cumplir con la organización del juego que desea. Su táctica de tres punteros, está muy supeditada a al estado de ánimo de los jugadores. Si por esas cosas de la vida, uno de los referentes no está en su día, el equipo es quien más se resiente reciente.
FALTA DE FINIQUITO
Al igual que contra Melipilla y Católica, los encargados de los goles no han podido dar con el arco que se cerró temporalmente para la “Celeste”. A pesar de contar con la presencia del segundo artillero del torneo (Bareiro), nadie más tiene la capacidad de embocarla. Es un déficit que tiene y debe ser trabajado. Es impensado sostener, que las rachas negativas se superan sólo con el juego. Allí hay que hincar el diente y practicar hasta el cansancio porque si alguna vez el elenco estuvo en la cima del campeonato, hoy mira desde la medianía de la tabla a los demás equipos. Es de esperar, que el receso que se aproxima (no hay fecha porque juega la selección), sirva para recuperar fuerzas y fútbol, que es lo más importante. ¡Qué alivio, se fue agosto!, deben estar diciendo los dirigentes en calle Cuevas.
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