02-10-2008

Rancagua nuestra Historia, Quienes somos?

El Monumento a O'higgins en la Plaza de los Héroes en Rancagua

La Iglesia de la Merced

El Actual Edificio de Gobierno en Rancagua

El Monumento en Color con un Realista Espáñol bajo el Caballo de O'higgins

El Actual Paseo Estado donde Comenzo el Ataque de Osorio

Este Blog es para los amantes de Rancagua nuestra querida e histórica Ciudad.
Un Rancagüino, debe y tiene que leer esto, es el testimonio de lo que sucedio en nuestra Plaza de los Héroes, hace tanto tiempo, siempre se lee al respecto, pero de todo lo que he leido, esta fuente de información es la más fidedigna, por estos tiempos, se han realizado versiones en DVD, sobre las vidas de Carrera y O'higgins, las que han dado a conocer dos diferentes personalidades que siempre estuvieron en constantes disputas, que las llevaron hasta la muerte, sinceramente esas rencillas provocaron lo que conocemos como el "Desastre de Rancagua", relato que lo invito muy cordialmente a leer a continuación:
Se conoce como Desastre de Rancagua o Batalla de Rancagua al último de los enfrentamientos de la llamada Patria Vieja chilena, ocurrido los días 1 y 2 de octubre de 1814 en la ciudad de Rancagua. El sitio de Rancagua marca el fin de los primeros proyectos por la Independencia de Chile. El brigadier Bernardo O'Higgins, bajo el mando de José Miguel Carrera, se encerró en la plaza de la ciudad para detener las tropas de Mariano Osorio, logrando resistir durante dos días, hasta que pudieron romper el cerco y huir. Durante el fragor de la batalla, Bernardo O'Higgins dijo nuevamente la frase que había acuñado meses antes en la Batalla de El Roble: O vivir con honor o morir con gloria, a las tropas.
A mediados de 1814, el virrey Abascal, desconociendo el Tratado de Lircay, ordenó una nueva expedición militar a Chile, con el fin de reconquistar el país para la Corona Española. Esa expedición -al mando del general Mariano Osorio- llegó a Chile a fines de agosto y, en una reedición del plan del general Gabino Gaínza, decide atacar rápida y directamente Santiago de Chile a fin de aplastar las ideas independentistas. Mientras tanto, las fuerzas chilenas se encontraban disminuidas y divididas. Después de la firma del Tratado de Lircay, muchos regimientos habían sido desbandados y los milicianos habían retornado a sus hogares. Aún más, debido al golpe militar de José Miguel Carrera en julio de 1814, el ejército se encontraba dividido entre las fuerzas que seguían al gobierno militar, bajo el mando de Luis Carrera, y las que buscaban la restauración del gobierno civil, al mando de Bernardo O'Higgins. El país se encontraba al borde de la guerra civil, dado que los ejércitos se enfrentaban cerca de Santiago, y los primeros golpes ya habían tenido lugar (Combate de Las Tres Acequias). Cuando los chilenos se dieron cuenta del avance monarquista, las fuerzas de Osorio se encontraban ya a la altura de San Fernando. O'Higgins se puso bajo el mando de Carrera.
El plan de Mariano Osorio buscaba lograr sorpresa estratégica a fin de ya sea de tomar Santiago rápidamente, o forzar a las desprevenidas fuerzas chilenas a dar batalla en condiciones desfavorables. En ambos casos preveía victoria con relativa facilidad. En el lado chileno la intención era ganar tiempo a fin de reformar los regimientos desbandados sin perder Santiago y el centro del país, ya que tal pérdida significaría la imposibilidad de reformar tales regimientos. Así pues, y lograda esa sorpresa, Osorio buscaba ya sea avanzar hacia Santiago o dar una "batalla decisiva", en ambos casos, lo más rápido posible. Los chilenos necesitaban detener o a lo menos disminuir ese avance, a fin de que el gobierno en Santiago tuviera el tiempo necesario para organizar la defensa. Esto se podía lograr ya sea encontrando una plaza fuerte que se pudiera defender a mediano o largo plazo o dando una serie de batallas defensivas mientras se replegaban hacia Santiago, al mismo tiempo conservando fuerzas. Los Hermanos Carrera eran partidarios de defender Angostura de Paine, lugar que en teoría es más favorable a posiciones defensivas pero que está más cerca de Santiago, mientras que O'Higgins era partidario de obstaculizar el avance español empezando por el río Cachapoal, inmediatamente al sur de Rancagua. Lugares menos defendibles, pero que ganarían tiempo y preservarían territorio.
Los Carrera y O'Higgins llegaron a un acuerdo general, más o menos el 8 de septiembre; José Miguel Carrera permanecería en Santiago, disponiendo la defensa y a cargo de la organización general, mientras las tropas de O'Higgins y Juan José Carrera (1ra y 2da división respectivamente) tratarían de contener a Mariano Osorio al sur del río, retirándose si no se podía primero a Rancagua y después a Angostura, con el apoyo si fuera necesario de las fuerzas al mando de Luis Carrera (tercera división). El capitán Ramón Freire cruzó el ríoCachapoal a fin de reconocer y hostigar en la medida de lo posible las fuerzas monarquistas.
Adicionalmente, José Miguel ordenó retirar todo el ganado al norte de Rancagua y despoblar en la medida de lo posible la región al sur del río. Los preparativos para fortificar Angostura empezaron, bajo las órdenes de Luis Carrera, alrededor del 13 de septiembre.
Los chilenos lograron confinar el avance de Osorio al sur del río Cachapoal el resto de septiembre, más que nada por presencia en la región que está entre Angostura y Rancagua, pero con algunas escaramuzas.
O'Higgins entró a Rancagua alrededor del 24 de septiembre. Al mismo tiempo, Osorio avanzó su cuartel general a El Olivar, alrededor de diez kilómetros al sur de esa ciudad, y comenzó sus preparativos para cruzar el Cachapoal.
En esos momentos, de acuerdo con el diario militar de José Miguel Carrera, él consideraba que las fuerzas del general Osorio ascendían a 2.900. O'Higgins, por su parte, las calculaba en sobre 3.000. Fuentes posteriores las dan ya sea como 4.500 o sobre 5.000. Las fuerzas chilenas -según documentos incluidos en el mismo diario- estaban constituidas de la siguiente manera: 1ra división (O'Higgins) infantería 984 con seis cañones. Caballería 100.- 2nda división (Juan José Carrera): infantería 705 con cinco cañones. Caballería: 1.200.- 3ra división (Luis Carrera) infantería 452 con cuatro cañones. Caballería 464 (el resto de esta división se encontraba resguardando Santiago, etc.)
De acuerdo con esas mismas fuentes, hacia fines de septiembre, la segunda división se encontraba sobre el río en "las chacras de don Diego Valenzuela". Aunque el diario no lo dice, otros autores indican que a esa división correspondía resguardar los vados hacia el poniente de Rancagua, los cuales se preveía que Osorio intentaría usar si es que no trataba de cruzar al frente de Rancagua. Las fuerzas al mando de Luis Carrera (3ra división) se encontraban en San Francisco de Mostazal, inmediatamente al sur de la Angostura, resguardando y fortificando ese lugar y en preparación para apoyar la 1ra y 2nda división si fuera necesario.
Las fuerzas realistas cruzaron el río el (30 de septiembre de 1814) cerca de la Punta de Cortés, casi frente a Lo Miranda, y sin mayores problemas. José Miguel Carrera -en su diario- responsabiliza de la situación a la falta de vigilancia del oficial que, con veinte hombres, estaba a cargo de ese lugar. Sin embargo, no está claro el por qué sólo veinte hombres cuidaban lo que se consideraba el vado más fácil y el que posiblemente Mariano Osorio intentaría usar.
Perdida por la 2nda división la oportunidad de atacar a las fuerzas monarquistas en un momento de debilidad, O'Higgins salió a tratar de cortarles el paso, pero no lo pudo hacer y se acantonó en Rancagua, donde, de acuerdo al plan, se daria batalla "si las condiciones eran favorables" (frase que es obviamente ambigua y posiblemente uno de los mayores factores del eventual desenlace). Ese mismo día (30 de septiembre) José Miguel Carrera tomó el comando directo de la 3ra división (dejando a Luis Carrera en control de Angostura, a fin de prevenir una posible toma por los realistas) y avanzó sus tropas hasta Graneros, más o menos a medio camino entre Rancagua y Angostura.
En esa tarde se terminaron los preparativos del sistema defensivo que O'Higgins había organizado en Rancagua: la comandancia en la casa esquina del solar de Los Olivos. La tropa ocupó los sitios del Cabildo y los contiguos al lugar en que estaba el mercado. Se estableció un hospital militar en el Convento de la Merced. Además, bloqueó las cuatro calles que dan acceso a la plaza misma con cañones atrincheraros, fortaleciendo así un área un poco mayor que las cuatro manzanas centrales, pero poniendo puestos de avanzada y vigías en las entradas a la ciudad misma.
La situación presentaba una oportunidad y un problema a Osorio, quien estaba al tanto de la disposición de las fuerzas chilenas gracias a la ayuda e información dada por los monarquistas tanto en Rancagua como en los alrededores. Podía tratar de tomar ventaja de la división física de las fuerzas patriotas y lograr su batalla decisiva, atacando al flanco derecho de Carrera antes que este se atrincherara en Angostura de Paine. Pero si seguía ese curso, arriesgaba tener sus líneas de comunicación y posible retirada cortadas (amén de un posible ataque por la espalda) por O'Higgins. Podía atacar a O'Higgins, esperando una victoria fácil y rápida, pero si la batalla se prolongaba, dado que O'Higgins estaba preparado, arriesgaba un ataque por la espalda por las fuerzas de José Miguel Carrera. Si no atacaba, daba tiempo para la reorganización del ejército chileno.
Mariano Osorio parece haber sido un general sino brillante, por lo menos competente. Así, se decidió por un ataque rápido buscando una victoria igualmente pronta contra O'Higgins.
Temprano el 1 de octubre, con 4.500 realistas y dieciocho cañones, más de cuatro veces las fuerzas de O'Higgins, Osorio comenzó el ataque desde la cañadilla del sur de la ciudad. Esperando quizás que los chilenos escaparían a los primeros disparos, Rafael Maroto, con el desprecio que muchos de los oficiales recién llegados a América solían mostrar hacia sus oponentes, mandó a sus tropas atacar las fortificaciones del enemigo sin molestarse en enviar avanzadas ni guerrillas. El resultado fue que «los talaveras» (tropas elite, así llamados por su destacada participación el la batalla de ese nombre), acribillados por las descargas, hubieron de retirarse con cuantiosas pérdidas.
Tras ese primer intento fallido de tomar la plaza, Osorio decide bombardear las trincheras y asaltar los cuatro costados simultáneamente. Sin embargo, los patriotas resistieron hasta el anochecer, aunque ya sin agua pues los realistas cortaron la acequia que vertía agua en la ciudad. Esto los desproveyó del uso regular de sus cañones, ya que se usaba agua para enfriarlos entre los disparos. Sin embargo, la oscuridad no terminó con la lucha, la que continuó sin cesar por treinta y seis horas continuas.
Al caer esa tarde, Mariano Osorio decidió recurrir a incendiar las casas del centro y a abrirse paso a través de sus muros. A la luz de esos incendios el combate continuó, muchas veces mano a mano y casa por casa.
Esa noche, O'Higgins mandó un mensaje a José Miguel Carrera: "Si vienen municiones y carga la 3ª división, todo está hecho". La respuesta de José Miguel fue: "Municiones no pueden ir sino en la punta de las bayonetas. Mañana al amanecer hará sacrificios esta división. Chile, para salvarse, necesita un momento de resolución".
El día 2 de octubre la batalla continuó ferozmente. En lo más duro de la lucha, el polvorín de los patriotas explotó. Aun así, la resistencia continuaba, a la espera del ataque de las fuerzas de Carrera. Placa recordatoria a los caídos de la Batalla de Rancagua, en la Iglesia de la Merced.
Siendo esa la situación, se avistaron patrullas de las fuerzas al mando de José Miguel Carrera. Temeroso de encontrarse entre dos fuegos, Mariano Osorio dio la orden de retirada. Sin embargo, el ataque carrerino no se concretó, la orden fue rescindida y el ataque recomenzó.
El por qué José Miguel Carrera no atacó nunca ha sido satisfactoriamente explicado. Es posible que él mal entendió la situación y estaba a la espera del repliegue de O'Higgins hacia Angostura. Dada la bien conocida y entendible animosidad, además de la falta de comunicación (toda la coordinación se había efectuado a través de cartas) entre los generales, esto es obviamente posible. José Miguel Carrera explica en su diario militar que su avance fue para apoyar una retirada -de acuerdo con el plan anterior al comienzo de la batalla- y que al llegar a la altura de la actual Alameda él creyó que la plaza había caído por cuanto el ruido de la batalla cesó.
Cualquiera que fuera la causa, la situación de las fuerzas patriotas en Rancagua, con numerosas bajas y desprovistos de municiones, se hizo desesperada. En un último intento por salvar a los sobrevivientes, alrededor de las cuatro de la tarde, O'Higgins y sus soldados se lanzaron a la carga abriéndose paso a través de las líneas enemigas. De los novecientos que comenzaron la batalla, sólo alrededor de doscientos, muchos de ellos heridos, incluido O'Higgins, lograron escapar, dejando a la merced de los realistas los heridos que no podían moverse y las mujeres y vecinos que habían llegado a ayudarlos. Según el parte militar de Osorio, las fuerzas monarquistas sufrieron 111 muertos y 113 heridos. Los chilenos dejaron un total de 402 muertos y 292 heridos.
Afortunadamente para O'Higgins y los que escaparon, la ferocidad del combate había agotado a los españoles, los que no lo persiguieron. Sin embargo, volcaron su rabia contra los prisioneros. Comenzó así la política del terror que Osorio había prometido a los que se atrevieran a resistirlo.
La derrota de O'Higgins, dejó la ciudad literalmente a la merced de los soldados españoles. Los patriotas que vivían en las inmediaciones huyeron, y sus casas, después de ser saqueadas por los soldados y los vecinos monarquistas, fueron pasto del fuego y ardieron durante muchos días. Igual cosa sucedió a los solares del centro, y los españoles que los ocupaban hubieron de refugiarse en los ranchos abandonados antes del sitio por los criollos que vivían en las afueras de la ciudad.
Osorio estableció un tribunal militar para juzgar a los patriotas y dejó claro que esperaba que Rancagua re-apertrechara sus tropas. Esto se hizo en parte a través de la requisición de los bienes de quien fuera se considerara sospechoso de no ser monarquista y en parte a través de simplemente autorizar a los soldados a tomar lo que necesitaran o quisieran. Esos soldados, que creían que en América todos podían hacerse ricos simplemente tomando a la fuerza el oro de los que ahí vivían, muchas veces lo demandaban incluso de los monarquistas y españoles de la villa (después de todo, los patriotas que podían ya habían escapado). Osorio no se interesaba en controlar los desmanes y el tribunal mismo amparó los atropellos. Pronto incluso los monarquistas más ardientes empezaron a repensar sus simpatías. Nivel nacional
La derrota de los patriotas en esta batalla produce el fin de la Patria Vieja, la huida de los líderes emancipadores a la Argentina y el comienzo del período histórico de la llamada Reconquista. Los Hermanos Carrera sufrieron también mucho desprestigio debido tanto a su inacción durante la batalla como, posteriormente, cuando los planes para la defensa tanto de Angostura como de Santiago mismo fueron abandonados.
Año a año se conmemora en la ciudad de Rancagua esta batalla tan importante en la historia nacional, mediante un desfile que se realiza en el Estadio El Teniente. Precisamente fue en el marco de esta conmemoración cuando, el entonces presidente de Francia, Charles De Gaulle, visitó la ciudad de Rancagua, y presenció junto al presidente chileno de la época, Jorge Alessandri, el desfile del 2 de octubre de 1964, cuando se conmemoraba el sexto quincenario de esta gesta heroica.
http://es.wikipedia.org/wiki/Desastre_de_Rancagua

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